De los aspectos mas significativos que tienen que ver con una educación de calidad, es preparar a los estudiantes para la vida real, y esto no solo tiene que ver con el aspecto económico, que aunque es una cuestion importante, no es lo mas preponderante. También es indispensable guiarlos en el interés por el bien común y el entorno ecológico.
Se debe aprovechar el ambiente de escuela en casa para ir más allá de simplemente desarrollar habilidad para operar con los conocimientos adquiridos, y se debe entrar en el terreno de la capacidad para entender las consecuencias históricas del uso de esos conocimientos y para contribuir a la toma de decisiones relacionadas con el futuro de las sociedades y del planeta.
Esto requiere enfatizar la necesidad de una educación que habilite al estudiante para actuar responsablemente en los asuntos de interés común.
Para lograrlo se debe empezar por relacionar el conocimiento con los problemas actuales y su solución.
Por ejemplo, no basta con que los estudiantes aprendan a hacer plantas nucleares y construirlas solo por que se tiene el conocimiento para ello, es mas importante saber cuando es adecuado y si estas deben construirse.
Algunos temas básicos como el universo, las estrellas, los movimientos de traslación y rotación de la Tierra, la adaptación de las especies, hoy no son suficiente.
Deben predominar los temas que se dirijan hacia los problemas relevantes en el debate actual: la biodiversidad, la capa de ozono y el efecto invernadero, el cambio climático global, los recursos tecnológicos contra la contaminación. Temas prácticos como el convertidor catalítico y los generadores eólicos de electricidad. La potabilidad del agua, la contaminación química y los efectos contaminantes de los medios de comunicación.
Analizar temas como el tabaquismo, la mortalidad ocasionada por enfermedades infecciosas y temas más controvertidos como la clonación, nuevos modelos económicos, banca ética, libertad de expresión y modelos de cultura libre.
Claro que también se debe abordar algunos temas de menor impacto global pero de mucha relevancia práctica, que atañen a la persona y su entorno: como la elaboración de pan, huertos en casa, las plagas o la salud bucal.
En fin, aprovechar la educación personalizada para volver a una educación con sentido, apegada a la realidad actual y no a programas elaborados por personas que no ven o no les interesa la importancia de los temas apremiantes que tienen que ver más con el bien común que con los intereses económicos de unos cuántos.